¿Son necesarios los lazos de sangre para ejercer de abuela?

Abuela con nieto de bebé
27 Feb, 2019

¿Son necesarios los lazos de sangre para ejercer de abuela?

Saber si se puede ejercer de abuela sin tener lazos de sangre es una pregunta que antes o después se han realizado nuestros seguidores. La mayor parte de ellos llega a la conclusión de que no son necesarios los lazos de sangre para que unos niños tengan una relación real y parecida a la de un abuelo/a con sus nietos o nietas.

¿Qué requisitos deben darse para poder ejercer de abuela sin serlo?

El primer requisito para poder ejercer de abuela es obvio: es tener voluntad. Tanto los mayores como las familias que se registran en Quiero Un Abuelo quieren y desean tener una relación en la que se genere esa relación tan especial y mágica entre un niño y un mayor, como sería la de un abuelo o abuela.

En ocasiones la voluntad no es suficiente pues también se requiere tener un poco de tiempo para poder cultivar esa relación. Tiempo por parte de los mayores candidatos a abuelos/as y tiempo por parte de las familias. Como siempre recomendamos que los progenitores deben estar presentes en los encuentros con los mayores, sobre todo al inicio, hasta que se genere una confianza y se conozca bien a la persona mayor.

Además de voluntad y tiempo, es necesario que exista compromiso por ambas partes. Sobra decir que los niños son extremadamente sensibles, y sería difícil de explicar que habiendo conocido a una persona con la que comienzan a entablar una relación, juegan juntos, se cuentan cosas, pasan tiempo juntos, comienzan las confidencias… que desaparezca de su vida sin explicación puede ser doloroso o frustrante para ellos.

La misma frustración puede darse en los mayores si la familia no adquiere un fuerte compromiso con la relación. Los mayores acuden a Quiero Un Abuelo con la ilusión de convertirse o ejercer de abuelas, y para ello, se requiere de visitas y quedadas con cierta asiduidad.

Antes había más relaciones entre los niños y los mayores

Las experiencias de niños que han tomado como referentes o abuelos/as a personas que no son de su familia son muchísimas. Si preguntamos todos conocemos a alguien cuya infancia fue marcada positivamente por una persona a la que no le unían lazos de sangre, tal como una vecina, una amiga de sus abuelos, una prima lejana… etc.

Antes en los pueblos era muy habitual que los niños tuvieran más relación con personas mayores, normalmente amigos de la familia o vecinos. Era muy normal dejar a los niños en casa de la vecina cuando les surgía una urgencia a los padres, o dejar a uno de los hijos que estaba enfermo con una tía para que no le contagiara las paperas a sus hermanos. También era muy típico que el abuelo llevara a su nieto con él a jugar la partida de dominó con sus amigos.

Todos estos encuentros con personas mayores enriquecían de forma natural la educación de los pequeños. Se aprendían valores como el respeto a los mayores, la paciencia y la conciencia de que las personas mayores tienen mucho que enseñar. Que un niño/a pasara la tarde rodeado de mayores jugando al dominó o yendo de compras con su abuela y sus amigas le hacía conocer la vida de esos mayores. Sus conversaciones, su tranquilidad, sus inquietudes, sus dolores, sus preocupaciones, etc.

Hoy en día es menos habitual que este tipo de circunstancias las viva un niño o niña. La vida es mucho más frenética y rápida. Los padres estamos empeñados en que los niños deben hacer muchas actividades extraescolares para aprender muchas cosas y no nos damos cuenta que con los mayores aprenden cosas esenciales de la vida.

Estableciendo nuevas relaciones entre mayores y niños

Las experiencias que ya están teniendo éxito y que se han conocido a través de Quiero Un Abuelo, están muy satisfechas y sus testimonios son muy emocionantes pues no pensaban que se podía llegar a querer tanto a una persona que no es de tu familia y que prácticamente acaban de conocer.

Los mayores conectan muy rápido con los niños al igual que los niños y la relación suele fluir hacia su consolidación siempre con cariño y respeto.

Los niños están deseosos de aprender cosas y los mayores de contar su historia vital. Una historia que suele estar llena de vivencias emocionantes, inspiradoras y en todo caso, de superación. El tándem mayor-niño o abuelo-nieto refleja una relación expecionalmente mágica que hay que cuidar y fomentar.

Si estás leyendo esto y te interesa ejercer de abuela con unos pequeños que no tengan la suerte de tener a sus propios abuelos cerca, puedes registrarte y conocer más sobre esta experiencia visitando nuestra página https://quierounabuelo.es/quiero-ser-abuela-abuelo/

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