Los abuelos consentidores pueden ser malos para la salud de los nietos
Hoy hablamos de los abuelos consentidores y cómo influyen en el desarrollo y educación de sus nietos. Se suele decir que los abuelos no están para educar sino para consentir y malcriar. Esta situación puede ser un arma de doble filo.
Actualmente hay muchos niños y niñas que pasan más horas al día con sus abuelos que con sus propios padres. Esto hace que el paradigma de abuelos consentidores tenga que ser puesto en cuestión y reflexionar sobre su influencia en los nietos.
Cuando los abuelos ejercen un papel de cuidadores de los nietos y pasan con ellos mucho tiempo, no es nada recomendable que se conviertan abuelos consentidores y permisivos, pues sobre ellos recae gran parte de la educación e incluso de la salud de sus nietos.
Los niños son egoistas por naturaleza y si saben que los abuelos son incapaces de negarles algo, estarán siempre pidiendo cosas. En estos casos, se corre el riesgo de que los nietos lleguen a ser pequeños tiranos ejerciendo la tiranía sobre sus propios abuelos. Y en casos extremos, esta situación de dominación podrán extrapolarla a su círculos de amigos en la medida en que sus amigos tengan personalidades débiles y llegar a ser abusadores o extremadamente caprichosos. Ya hemos hablado sobre el peligro de consentir en exceso a los nietos en nuestro artículo: Abuelos: cuidado con malcriar a tus nietos.
Hay algunos abuelos y abuelas que utilizan la comida como herramienta emocional de manera que ir a casa de la abuela suele ser sinónimo de comer dulces y comida poco saludable. Evidentemente, comer el bizcocho de la abuela no tiene ninguna incidencia en la salud de los pequeños si se hace de manera esporádica y dentro de una alimentación equilibrada. Pero, ¿qué pasa si los nietos están todas las tardes e incluso cenan en casa de los abuelos?
¿Quién no conoce a ese tipo de abuelo o abuela que al salir con su nieto lo primero que hace es comprarle alguna chuchería, una chocolatina, un huevo Kinder o cualquier otra cosa con exceso de azúcar y con dudoso valor nutricional.
Si las abuelas y abuelos no se controlan, los nietos corren el riesgo de ver afectada su alimentación dejando de ser saludable pues toman más dulces de lo recomendado. Una mayor ingesta de azúcar implica mayor índice de obesidad infantil y con la vida sedentaria que suelen llevar los niños de hoy, es un riesgo para su salud presente y sobre todo futura.
Hay un estudio sobre la influencia de los abuelos en la salud de los nietos que indica este riesgo en la alimentación de los niños.
Desde Quiero Un Abuelo queremos deciros a los queridos Abuel@s no hace falta ganarse a los nietos comprándoles chuches o chocolates. Vuestros nietos ya os quieren y les gusta estar con vosotros sin necesidad de que todos los días haya un premio en forma de comida Clic para tuitear. Lo que más le gusta a un niño es jugar con sus abuelos y no necesita ser premiado con comidas poco saludables.
No obstante, animamos a esas abuelas a seguir haciendo sus bizcochos, galletas y postres caseros. A hacerlas con sus nietos y nietas y, por supuesto, comerlas con ellos. Los postres caseros son infinitamente más saludables que la bollería industrial y que las chucherías. Por eso, si hay que comer dulces, que sean ¡caseros!