Claves para buscar cuidador de nuestros hijos/as

Cuidadora con niños
14 Feb, 2017

Claves para buscar cuidador de nuestros hijos/as

¿Cuántas preguntas surgen cuando buscamos a alguien para cuidar a nuestros hijos?

  • ¿Será responsable?
  • ¿Conectará bien con los niños?
  • ¿Será una persona cariñosa y a la vez lo suficientemente estricta con ellos?
  • ¿Sabrá educarlos con las mismas convicciones que nosotros?
  • ¿Mantendrá los horarios que nosotros le digamos?
  • Y un largo etc..

Las familias solemos buscar una serie de cualidades en esa persona, como, por ejemplo, que sea amable, responsable, educada, organizada, paciente, limpia, empática, con iniciativa, que sepa jugar y con espíritu joven.

Las familias con experiencia aconsejan establecer ciertas pautas para acertar con la persona ideal:

  1. Conocer cuáles son sus necesidades reales. No es lo mismo un cuidador/a que recoja a los niños del colegio y esté con ellos hasta la noche, que una canguro para un momento puntual, por ejemplo una salida nocturna de la pareja.
  2. Se debe decidir y establecer muy claramente las tareas que debe realizar la cuidadora y tener contacto diario y estrecho con ella con respecto a cómo ha ido el día.
  3. La familia debe marcar las pautas educativas que debe seguir la cuidadora, además de la organización de las distintas tareas que han de afrontar los niños durante el tiempo que estén con esa persona.
  4. Es recomendable que antes de decirnos por una persona, la conozcan los niños para ver cómo interaccionan y si existe feeling entre ambas partes. Las reacciones ante esta situación suele ser clave para decantarse por una u otra persona.
  5. Muchos expertos aconsejan que también nos fiemos de nuestro instinto. Si la persona inspira confianza y además tiene todo lo anterior, habremos dado con una buena profesional.
  6. Una vez elegida una persona, es recomendable que pasado un periodo prudente de adaptación preguntemos abiertamente a los niños para que nos indiquen sus opiniones con respecto a ella. Si se trata de un bebé o un niño pequeño que no puede comunicarse todavía habrá que estar atento a otras señales como es si se alegra al verla y si lo observamos cómodo con su presencia.

El ritmo actual de las familias hace que cada vez sea menor el tiempo que los padres podemos pasar junto a nuestros hijos, privándoles de la experiencia y el afecto que antes proporcionaban las madres y/o las personas mayores que convivían en la casa familiar (abuelos, tíos,…). Por este motivo, es muy importante que la persona que elijamos como cuidadora de nuestros pequeños sea capaz de realizar todas las tareas asignadas con el mayor cariño posible; que quiera conocer a los niños; que disfrute inculcándoles unos valores, a través de su mayor experiencia vital, y unos hábitos correctos en los quehaceres diarios de los niños (deberes, estudio, aseo personal, orden de su habitación y de la casa, respeto a los horarios establecidos, descansos, juegos,…).

Es fundamental que los niños se sientan queridos por esa persona y que no están con un extraño que solo los cuidan porque es su trabajo, por dinero. Deben notar que se establece una relación de afecto, que el adulto que les cuida, a falta de sus padres, se interesa por ellos, por cómo están, si se han peleado con algún compañero, si están tristes porque no quieren jugar con él en el recreo, si esa tarde tienen un partido de su deporte favorito. Alguien en quien puedan confiar para contarle, incluso, aquellas cosas que creen que a sus padres no pueden contar.

En definitiva, la confianza es clave tanto en la relación cuidador/a –  niño/a como en la relación padres – cuidador/a.

¡Suerteeeee!

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