Cómo explicar una mala relación con los abuelos

15 May, 2018

Cómo explicar una mala relación con los abuelos

Como decía mi abuela: “En todas las casas se cuecen habas“, es decir, que todas las familias tienen sus problemas y sus circunstancias. Como seres humanos y sociales que somos entre las familias también surgen roces y diferencias que en los casos más extremos llevan a la ruptura de la relación familiar. Esto puede pasar con todo tipo de familiares pero es especialmente doloroso cuando sucede con nuestros propios padres.

Si la relación con el padre o madre no es buena y llega la maternidad, surge un dilema moral sobre qué hacer con respecto a la relación abuelos/as-nieto/a. El momento de la maternidad o paternidad puede ser un buen momento para dejar esas rencillas atrás y recuperar la relación con los padres para que puedan disfrutar de su abuelidad. No obstante, hay ocasiones en las que no hay forma de recuperar esa relación rota y los hijos crecen sin apenas ver a los abuelos/as.

Esta situación puede volverse especialmente complicada cuando los hijos comienzan a tener conciencia y ven cómo sus amigos disfrutan de la relación con sus abuelos y ellos sin embargo, pese a tenerlos apenas les ven. Es entonces cuando pueden comenzar esas complicadas preguntas de los pequeños: ¿Por qué la abuela no me recoge nunca del cole? o ¿Por qué el abuelo no viene nunca a casa a jugar conmigo? Estas son de las típicas preguntas que todo padre o madre desearía no escuchar nunca pues la respuesta verdadera seguramente no es la que esperan escuchar los pequeños.

Entonces, ¿cómo explicamos a los niños que existe una mala relación con sus abuelos?

Seguramente, cuando pregunten por ellos se os rompa el corazón de saber que se están perdiendo ver crecer a sus nietos y, a la vez, les están privando del privilegio de disfrutar de unos abuelos al uso que les lleven al parque y vayan a casa a merendar. Los sentimientos que emergen pueden ser de impotencia, frustración, resignación e ira. No obstante, no es nada recomendable dejar salir esa ira y que los niños, además de no poder disfrutar de sus abuelos, tengan que ver cómo su padre o madre habla mal de ellos.

Como en muchas otras ocasiones desde que fuisteis padres o madres, esta será una de esas veces que habrá que contar hasta 10 antes de contestar a las inquisidoras preguntas de los pequeños sobre sus abuelos.

Tal y como indicamos en nuestro artículo sobre ¿Cómo hablar de la muerte a los niños? no recomendamos mentir a los niños. Pero todos sabemos que se pueden contar las cosas de muchas formas y que dejar de contar algo no es mentir. Esto es, cuando un niño pregunte por sus abuelos/as no se debe hablar mal de ellos, ni faltarles el respeto. No olvidéis que son vuestros padres y que le estáis hablando a vuestros hijos sobre sus abuelos. Siempre se pondrá explicar de alguna forma la manera de actuar de esos abuelos hasta que los niños sean más mayores y sean ellos mismos los que juzguen y califiquen esos comportamientos.

Actuando de esta manera evitaremos que los pequeños prejuzguen a sus abuelos por hechos pasados donde ellos no intervinieron. Además, dejaremos la puerta abierta para que puedan llegar a tener una buena relación abuelo/a-nieto/a si cambian las circunstancias o cuando l@s niñ@s sean mayores y puedan decidir.

Mientras tanto, aunque exista mala relación entre los padres y lo abuelos, si los abuelos/as hacen por acercarse a sus niet@s y son cariñosos y afectuosos con ell@s, no deberíamos privarles de que se vean e intentar que tengan una relación abuelos/as-nietos/as lo más normal posible pese a nuestras diferencias. Será por el bien de nuestros hijos/as. No dejemos que los problemas entre adultos priven a nuestros hijos de poder disfrutar de sus abuelos o abuelas.

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