¿Cuánto de nuestra personalidad es innato y cuánto es aprendido? Parece ser que los distintos especialistas no encuentran un punto en común para contestar. En lo que sí están de acuerdo es en que el carácter de una persona se conforma de dos componentes: uno genético y otro fruto de vivencias y experiencias vitales de cada ser humano. Partiendo de esta premisa, vamos a ver cuánto influye la figura de un abuelo o abuela en la vida y desarrollo infantil.

Respecto a las cualidades innatas de nuestros pequeños no podemos hacer más que intentar conocerlas para fomentarlas y sacarles el máximo partido para que nos ayuden a ser felices.

Sin embargo, la parte de las experiencias vitales es la que, más nos preocupa a los padres y madres, pues la personalidad de nuestros futuros hijos adultos depende en gran medida de las vivencias presentes. En este sentido, los padres siempre intentamos dar a nuestros hijos/as la mejor educación posible en todos los ámbitos de la vida.

Es de suponer que todos queremos que nuestros hijos, en un futuro, sean personas íntegras, solidarias, empáticos, asertivos, competentes y capaces de afrontar los retos que la vida les va a ir poniendo en sus caminos.

El entorno de un niño suele ser el colegio, sus actividades extraescolares y la familia. En el colegio se relaciona con niños de su edad y con la figura autoritaria del profesor, al igual que ocurre en las diversas actividades que pueda tener. En estos ambientes aprenden teniendo claro que el profesor es el que enseña y ellos son los que tienen que aprender.

En el entorno familiar, y pese a que hay muchos tipos de familia, lo habitual será que los progenitores ejerzan de educadores poniendo límites e imponiendo sus normas pues son sus padres.

En definitiva, en todos estos ambientes donde se mueven hoy día los niños, ellos suelen ser los que tienen que aprender y obedecer a un mayor que ejerce de autoridad.

¿Cuánto influyen los abuelos en el desarrollo infantil?

Cuando un niño tiene relación con sus abuelos, esto suele cambiar. Los abuelos no tienen prisa por enseñar a los nietos ni suelen utilizar su condiciones de persona adulta para “imponerse” de alguna forma a los pequeños. Por ello, la relación con los abuelos es diferente a todas las que un niño tiene en su vida habitual. El niño siente que no hay prisas cuando está con sus abuelos y que pueden hacer cosas distintas o de manera diferente a como lo hacen habitualmente. Los abuelos con vocación quieren disfrutar de los pequeños y de sus ocurrencias por eso los suelen dejar hacer… ¡a ver qué inventan y qué dicen!

Los niños se sienten más libres e incluso más valorados pues su opinión es muy importante para sus abuelos.

Con esto no digo que los padres no tengamos en cuenta a los pequeños en nuestra vida diaria pero la percepción que los peques pueden tener cambia mucho, lo habitual es que los padres manden y los abuelos consientan.

Por todo esto, los momentos que se viven con los abuelos son percibidos como muy especiales y divertidos. Los niños se sienten con el poder de tener a un mayor que les dedica su tiempo sin indicarles qué es lo que tienen que hacer, al contrario, en muchas ocasiones ellos son los que mandan y eligen si quieren ir al parque o qué toman para merendar.

Nadie que haya tenido buena relación de pequeño con su abuela o abuelo y que una vez adulto, no sienta un cariño especial por las personas mayores en general. Las personas mayores, sin darse cuenta, aportan una visión de la vida totalmente diferente a la que un niño está acostumbrado colaborando de forma muy positiva en el desarrollo infantil.

Los especialistas lo tienen claro, los abuelos y las experiencias que estos ofrecen al niño son esenciales en el desarrollo infantil y en la formación de la personalidad del futuro adulto.

Si tus hijos no tienen abuelos/as y te gustaría proporcionarles esta experiencia vital, te invitamos a conocer a alguna de las abuelas y abuelos de nuestra red en www.quierounabuelo.es.

¿Recuerdas alguna enseñanza de tus abuelos que te haya marcado en tu vida? ¿Nos la cuentas?