¿Primera Comunión o boda?

Niña de primera Comunión
25 May, 2017

¿Primera Comunión o boda?

Se nos está yendo la pinza”. Con esta frase deja bien clara su opinión el juez de menores de Granada D. Emilio Calatayud con respecto al gasto desorbitado de las celebraciones de las primeras comuniones.

Cada vez es más frecuente escuchar este tipo de comentarios refiriéndose  a la preparación tan exagerada que conlleva de unos años a ahora esta celebración: vestidos para las niñas carísimos, con su correspondiente serie de “pruebas de vestido” para las cuales faltan al colegio; todo tipo de complementos; peluqueríabanquetes con menús prohibitivos y listas de invitados como si fueran auténticas bodas; regalos que son la última versión tecnológica en móviles, smartwaches o viajes a Eurodisney;…

Da la impresión de que este tipo de reuniones se ha convertido más en una fiesta social donde demostrar y aparentar que en una ceremonia religiosa e íntima. “¡Que a mi hijo/a no le falte de nada aunque tenga que pedir un préstamo personal al banco o ese verano la familia se quede sin vacaciones!”

Hay muchos detractores de este despilfarro económico y de medios, como el juez Calatayud en su blog http://www.granadablogs.com/juezcalatayud/2017/05/mesura-con-los-convites-de-las-comuniones-que-se-nos-esta-yendo-la-pinza/. A parte de las cuestiones económicas podemos encontrar motivos educativos: ¿qué clase de valores estamos transmitiendo a nuestros pequeños si les preparamos las fiestas más grandes y costosas para que sea igual o más que la de sus compañeros?¿No estamos haciendo que pierda su sentido religioso tal celebración?¿Cómo van a valorar el dinero si ven que sus padres, familiares y amigos se gastan un dineral en ellos bastante incoherente con el motivo real de dicha celebración?

Otros, se quejan de la desaparición del sentido católico de este sacramento, y no sin falta de razón. Se ha transformado en una fiesta social donde muy pocos niños dan importancia al evento que se celebra ya que su ilusión es abrir regalos y más regalos.

Ya no hay celebración íntima con los más allegados, ni regalos clásicos, como relojes, libros de “Recuerdo de mi Primera Comunión”, ni vestidos o trajes heredados de hermanas/os mayores, primos o vecinos.

Quizás sea una buena reflexión a realizar sea plantearse si es mejor gastar en una gran fiesta que invertir y/o ahorrar para sus estudios.

Si nos gastamos una media de 300 € en celebrar cada cumpleaños; infinitos regalos a todos los niños y niñas de clase cada vez que les invitan; Navidades; y, según los expertos, una media de 2.500-3.000 € en la Comunión; ¿cuántos sueldos tienen que entrar en la casa de cada familia para costear a cada hijo?

Por otro lado, y como casi único punto positivo de todo esto, se ha convertido en un auténtico negocio en el que muchos sectores (moda, complementos, agencias de viajes, restauración, bancos, joyerías,…) han visto cómo la demanda ha aumentado enormemente y con ello su beneficio económico. Parece que son los únicos para los que sigue siendo “Bendita Comunión”

Desde aquí llamamos a la cordura y a la sensatez de todos los que nos endeudamos por todo tipo de celebraciones, dándoselo todo a nuestros hijos y fomentándoles el sentir de que el dinero no cuesta trabajo ganarlo y que siempre dispondrán de él para cualquier capricho.

2 comentarios

  1. Yo pienso que se nos va de las manos…Aunque es verdad que no todas las familias que celebran la comunión lo hacen de esta manera, la gran mayoría se pasa…Yo no soy creyente, no de la iglesia al menos, por tanto mis hijos no están bautizados ni siquiera… Conmigo no tienen negocio. Muy buen post!

  2. […] valor de ese “detalle”? ¿Será que los padres estamos perdiendo el norte, como con las Comuniones y los cumpleaños? ¿Será que nos dejamos llevar por el espíritu […]

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