Está claro que las abuelas siempre han sido cuidadoras de los niet@s. Históricamente ha recaído sobre ellas el cuidado de todos los familiares, empezando por los propios hijos, después los padres y suegros, y por supuesto, los niet@s. Mientras el hombre tenía un papel diferente en la sociedad, él trabajaba fuera de casa y no solía entrar muy de lleno en las cuestiones familiares. ¿Qué ha pasado entonces hasta llegar a día de hoy en que los abuelos se desviven por sus nietos y realizan una labor de abuelos activos? ¿Cómo ha evolucionado la relación abuelo nieto/a? ¿Un abuelo nace o se hace?

El papel del abuelo hoy en día ha cambiado mucho. Hace a penas un siglo los hombres que eran abuelos tenían una relación mucho más distante con sus nietos que la que se ha conseguido tener hoy en día. En aquella época se consideraba a los abuelos como personas sabias y buenos consejeros pero distantes. No se les otorgaba el papel de abuelos cariñosos para con sus nietos/as. Para ello, estaban las abuelas, que sí ejercían un rol activo en la educación y el cuidado de los niet@s.

¿Qué ha cambiado para que los abuelos cambien su papel de abuelos autoritarios y distantes a abuelos activos y participativos?

Afortunadamente, la sociedad ha evolucionado y ya no se ve con malos ojos el hecho de que un hombre demuestre sus sentimientos y afecto por sus familiares. Por otro lado, el incremento de la esperanza de vida ha hecho que los abuelos tengan más tiempo tras su jubilación y como normal general en mejores condiciones físicas. Actualmente, la edad de ser abuelo suele estar cercana a la jubilación y, por tanto, coincide con un nuevo planteamiento de la vida de esos hombres que tienen que buscar una ocupación a todo ese tiempo ocioso que antes invertían en su trabajo.

La “abuelidad” suele llegar en un momento de cambio para los hombres y sentir que son importantes en la vida de los pequeños les hace sentirse útiles e inmensamente felices. Como dice el psiquiatra alemán Klaus Dörner: “Toda persona necesita su dosis diaria de importancia para los demás“.

Pero hay que estar preparado para la llegada de un nieto/a y plantearse el papel que se quiere jugar en su vida incluso antes de que llegue el momento. No se puede esperar a que el pequeño tenga edad de jugar a las cartas para tener una buena relación abuelo nieto/a, pues puede que para entonces sea demasiado tarde y el pequeño no esté por la labor. Si se quiere ser un abuelo activo, debería de ser desde el principio, desde que son bebés. Hoy en día hay muchos hombres que nunca cambiaron el pañal a sus hijos pero que les encanta hacerlo con sus nietos.

La razón última de este cambio social es que el hecho de ejercer como abuelo activo además de ser beneficioso para los niños, lo es para el propio abuelo. La alegría e ilusión que emana de los pequeños se contagia a los mayores. Aprender con la curiosidad de un niño, jugar, reirse, pasear… No ha más que ver cómo les cambia la cara a esos abuelos cuando hablan de las hazañas de sus nietos/as.

La relación abuelo nietos/as ha cambiado a mejor y ambas partes se ven beneficiadas de ello. Ahora no es exclusividad de las abuelas el disfrutar de los niet@s, ellos también se han unido a saborear ese regalo tan especial que es poder ser abuelo.