El bullying o acoso escolar es una de las peores situaciones que puede vivir un niño en su infancia. Es muy importante saber cómo actuar para proteger al niño que lo sufre. Los abuelos también pueden ayudar a identificar este problema y a superarlo.

Antes de nada explicaremos en qué consiste el bullying o acoso escolar: Se trata de cualquier tipo de maltrato psicológico, verbal o físico que sufre un niño de forma reiterada en su entorno escolar.

La escuela debería ser un sitio donde los niños se sientan seguros y aprendan sus materias curriculares a la par que valores cívicos como el compañerismo, el respeto a los demás y la solidaridad. No obstante, para algunos niños el hecho de ir al colegio se convierte en una actividad insoportable debido al comportamiento que tienen para con él un grupo de compañeros. Desgraciadamente, ejemplos hay muchos y es un problema que vemos habitualmente en los medios de comunicación.

El papel de los abuelos ante el bullying puede ser muy importante incluso decisivo en algunos casos. En nuestros días, hay muchas familias que acuden a los abuelos/as para ayudarles a conciliar y por tanto, son los abuelos los encargados de llevar o recoger a los niños de colegio y llevarlos a las actividades extraescolares. El momento de llevarlos o recogerlos del colegio es especialmente importante si existe la más mínima sospecha sobre este tema. Será de vital importancia observar el comportamiento del niño y ver su estado de ánimo en el entorno escolar.

En muchas ocasiones, los abuelos pasan más tiempo con los niños que los propios padres y por tanto, tienen más tiempo para poder hablar con ellos e identificar así un posible problema.

Una de las grandes bazas para combatir el bullying es identificarlo cuanto antes, antes de que el niño se vea afectado psicológicamente. Es más sencillo frenar una mala conducta de sus compañeros cuando está comenzando que cuando lleva siendo así durante semanas o meses, pues entonces se convierte en costumbre y en un verdadero problema. Por tanto, identificar el problema cuanto antes es clave.

Por otro lado, los abuelos/as suelen ser confidentes de los pequeños y a veces, les es más sencillo contarles un problema a los abuelos que a los propios padres. En ocasiones, los padres tenemos poco tiempo para hablar con nuestros hijos y cuando lo hacemos siempre estamos con el papel de educadores, por tanto, hay cosas que prefieren hablarlas con los abuelos/as de forma más distendida. En otras ocasiones, aunque no lo cuenten de manera abierta pueden ir dejando pistas en su manera de hablar o de comportarse, en estos casos si los padres tienen alguna sospecha de un posible problema deben hablarlo con los abuelos para intentar recabar información del pequeño.

Los abuelos deben saber que este secreto es un problema y deberán saltarse esa confidencialidad por el bien del pequeño para poder solucionar el tema junto con el profesorado del centro escolar.

Un niño acosado suele estar triste y mostrar una baja autoestima. Una vez identificado el problema, los abuelos siguen teniendo un papel importante pues son fuente de cariño y de afecto. Son especialistas en subir la autoestima de los nietos pues siempre alaban sus méritos por encima de todo.